Villefranche-sur-Saône: Donde se descubre el Beaujolais
En el soleado valle del Ródano, donde las ondulantes colinas están cubiertas de viñedos y los pueblos medievales salpican el paisaje, hay una encantadora ciudad que espera ser descubierta. Villefranche-sur-Saône, a menudo pasada por alto por los viajeros que se desplazan entre Lyon y Beaujolais, se revela como un tesoro escondido para aquellos que se detienen a explorar sus estrechas calles y sus vibrantes mercados. Esta pintoresca comuna, con su rica historia y su arraigada cultura del vino, ofrece una muestra genuina de la vida provincial francesa.
Un tapiz de historia
La historia de Villefranche-sur-Saône se remonta al siglo XII, cuando fue fundada por Humberto III de Beaujeu. La ubicación estratégica de la ciudad a lo largo del río Saona la transformó rápidamente en un próspero centro comercial. Esta prosperidad todavía se evidencia en las mansiones renacentistas bien conservadas y las elegantes casas adosadas que bordean la Rue Nationale, la arteria principal de la ciudad.
Al pasear por el casco antiguo, las capas de historia son casi palpables. La iglesia de Notre-Dame des Marais, un ejemplo impresionante de arquitectura gótica flamígera, domina el horizonte. Su construcción, que abarca desde el siglo XIV hasta el XVI, refleja el crecimiento y la evolución de la ciudad. En el interior, los visitantes quedan maravillados por las intrincadas vidrieras y la evocadora cripta, donde parecen resonar siglos de oraciones silenciosas.
El alma de una ciudad de mercado
El verdadero corazón de Villefranche-sur-Saône se encuentra en sus animados mercados. El mercado cubierto, una hermosa estructura de hierro y cristal que data de 1933, es un festín para los sentidos. Aquí, la esencia misma de la gastronomía francesa se muestra en vibrantes colores tecnicolor. Quesos locales, hierbas aromáticas y productos de temporada se presentan ingeniosamente, tentando tanto a los lugareños como a los visitantes.
Los sábados por la mañana, la ciudad cobra vida con un mercado al aire libre que se extiende por las calles. El aire se llena con el parloteo animado de vendedores y compradores, el aroma del pan recién horneado y el olor terroso de las verduras cultivadas localmente. Este ritual semanal no tiene que ver solo con el comercio; es una celebración de la comunidad y la tradición que se ha mantenido inalterada durante generaciones.
La conexión Beaujolais
La identidad de Villefranche-sur-Saône está indisolublemente ligada a su condición de capital de la región vinícola del Beaujolais. Las laderas de los alrededores están cubiertas de viñedos que producen los tintos ligeros y afrutados que han dado fama a la zona. En la propia ciudad, numerosas bodegas y salas de degustación invitan a los visitantes a degustar los vinos locales.
La celebración anual del Beaujolais Nouveau, que se celebra en noviembre, transforma la ciudad en un festival vibrante. Las calles se llenan de música, risas y el tintineo de las copas cuando se desvela el vino nuevo del año. Es un momento en el que los lugareños, habitualmente reservados, se relajan y los visitantes son recibidos con los brazos abiertos en esta alegre tradición.
Un viaje culinario
El patrimonio gastronómico de Villefranche-sur-Saône está profundamente arraigado en la riqueza del suelo de la campiña circundante. Los restaurantes locales se enorgullecen de ofrecer especialidades regionales. Platos sustanciosos como el coq au vin y el boeuf bourguignon adquieren un toque local con la incorporación del vino Beaujolais.
Para los más golosos, una visita obligada es una de las pastelerías de la ciudad. La tarta de praliné, una de las favoritas de los lugareños, ofrece una deliciosa combinación de masa mantecosa y praliné rosado caramelizado. Es un sabor que perdura mucho después de haber saboreado la última miga.
El abrazo de la naturaleza
Aunque la ciudad en sí es un placer para explorar, el paisaje que la rodea atrae con su belleza natural. La cercana meseta de Dombes, con sus mil estanques, es un paraíso para los observadores de aves y los amantes de la naturaleza. Las rutas en bicicleta serpentean entre los viñedos de Beaujolais, ofreciendo vistas impresionantes y la oportunidad de detenerse en pequeñas bodegas a lo largo del camino.
Para una experiencia más relajada, un paseo en barco por el río Saona ofrece una perspectiva única de la ciudad y sus alrededores. Mientras la suave corriente te lleva por orillas verdes y pueblos pintorescos, realmente se agradece el ritmo de vida más lento de este rincón de Francia.
Una ciudad de festivales
A lo largo del año, Villefranche-sur-Saône acoge una variedad de festivales y eventos que muestran su vitalidad cultural. El Festival Internacional de Teatro de Calle, que se celebra en julio, transforma la ciudad en un escenario al aire libre, con artistas de todo el mundo que deleitan al público con sus acrobacias, música y comedia.
En septiembre, el festival Montgolfières en Beaujolais llena el cielo de globos aerostáticos de colores, creando un espectáculo espectacular con las ondulantes colinas de fondo. Estos eventos, junto con numerosas celebraciones más pequeñas durante todo el año, infunden en la ciudad un sentido de alegría y espíritu comunitario.
A medida que el sol se pone sobre las colinas de Beaujolais, arrojando un resplandor dorado sobre los tejados de terracota de Villefranche-sur-Saône, se revela el verdadero carácter de esta encantadora ciudad. Es un lugar donde se aprecia la historia, se mantienen con cariño las tradiciones y los placeres simples de la buena comida, el buen vino y la cálida compañía se elevan a una forma de arte. Si bien puede que no tenga el renombre internacional de algunas de las ciudades más grandes de Francia, para aquellos que buscan un sabor auténtico de la vida provincial francesa, Villefranche-sur-Saône ofrece una experiencia rica y gratificante. Desde aquí, muchos visitantes continúan su viaje para explorar otras joyas de la región, como Lyon , donde las tradiciones culinarias de Villefranche-sur-Saône se celebran aún más en la capital gastronómica de Francia.
Restaurantes Michelin en Villefranche-sur-Saone
Mostrar todoL’Abbaye Caladoise
Este pintoresco edificio de piedra del siglo XVII se ha transformado magníficamente en un restaurante. El lugar de reunión de los amantes de la buena comida (el chef ganó un premio culinario en 2016 por sus pasteles de cerdo) ha sido renovado y el menú refleja un marcado toque regional.
Villefranche-sur-Saône - FRANCIA
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