Las 15 mejores cosas que hacer en Colmar
Enclavado en el corazón de Alsacia, un encantador pueblo espera el descubrimiento. Casas de medias madera linea calles adoquinadas, sus fachadas coloridas reflejadas en canales tranquilos. El olor de kougelhopf recién horneado mezcla con el aire crujiente de las montañas Vosges cercanas. Aquí, las influencias francesas y alemanas se mezclan perfectamente, creando un tapiz cultural único que cautiva a los visitantes de todo el mundo. Bienvenido a un lugar donde los cuentos de hadas vienen a la vida y cada rincón tiene una nueva maravilla para ser explorado.
1. A través de La Petite Venise
La Petite Venise, o Little Venice, se puede considerar la joya de la corona de esta joya alsaciana. Canales pintorescos recorren un laberinto de casas coloridas, creando una escena que podría haber sido arrancada directamente de un cuaderno. Un paseo por el borde del agua permite a los visitantes empaparse en el ambiente encantador y maravillarse con la arquitectura medieval bien conservada.
2. Explore el Museo Unterlinden
Los entusiastas del arte y la historia se encontrarán cautivados por el Museo Unterlinden. Ubicado en un convento dominicano del siglo XIII, este tesoro cultural cuenta con una impresionante colección que abarca desde tiempos prehistóricos hasta el siglo XX. La gloria coronadora del museo, la obra de Isenheim Altar de Matthias Grünewald, se puede admirar en todo su esplendor gótico.
3. Recorrido en barco
Las vías fluviales de la ciudad se pueden apreciar mejor desde el punto de vista único de un barco tradicional de base plana. Estas visitas guiadas ofrecen una perspectiva diferente en las casas de media madera y permiten a los visitantes deslizarse pacíficamente bajo puentes antiguos mientras aprenden sobre la rica historia de la zona.
4. Visita al Museo Bartholdi
El lugar de nacimiento de Frédéric Auguste Bartholdi, creador de la Estatua de la Libertad, se ha transformado en un museo fascinante. Aquí se puede explorar la vida y las obras de este renombrado escultor, proporcionando información sobre el proceso artístico detrás de uno de los monumentos más icónicos del mundo.
5. Muestra Alsatian Wine
Los famosos viñedos de la región circundante producen algunos de los mejores vinos de Francia. Numerosas bodegas de vino y salas de degustación de la ciudad ofrecen a los visitantes la oportunidad de probar especialidades locales, incluyendo rieslings crujientes y Gewürztraminers aromáticos. Se puede organizar una visita guiada al vino para aquellos que deseen profundizar en el arte de la bodega alsaciana.
6. Admire el Pfister House
Entre las muchas joyas arquitectónicas que hacen el paisaje urbano, la Casa Pfister destaca como una verdadera obra maestra del estilo renacentista alemán. Construido en 1537, sus frescos ornados y su torreta octogonal han sido meticulosamente preservados, ofreciendo un vistazo al próspero pasado de la ciudad.
7. Pasee por el mercado cubierto
Los sabores y aromas locales pueden experimentarse en su totalidad en el mercado cubierto de la ciudad. Los productos frescos, los quesos regionales y las especialidades tradicionales alsacianas se exhiben en abundancia. Los visitantes pueden probar manjares locales o recoger ingredientes para un picnic en uno de los parques cercanos.
8. Visita la Iglesia de San Martín
La imponente estructura gótica de la Iglesia de San Martín domina el horizonte del casco antiguo. Su arquitectura del siglo XIII y sus impresionantes vidrieras pueden admirarse tanto desde el exterior como dentro. El interior pacífico de la iglesia proporciona un momento de reflexión tranquila en medio del bullicio de la visita.
9. Explore el Museo del Juguete
Nostalgia viene viva en el Museo del Juguete, donde se puede encontrar una extensa colección de juguetes de los siglos XIX y XX. Desde muñecas antiguas hasta trenes modelo vintage, esta exposición lápida deleita a los visitantes de todas las edades y ofrece un viaje por la evolución de los juguetes infantiles.
10. Programación en la cocina alsaciana
La gastronomía local se puede saborear en los muchos winstubs tradicionales dispersos por toda la ciudad. Los platos abundantes como choucroute garnie (sauerkraut con salchichas) y tarte flambée se pueden disfrutar junto a una copa de vino local, proporcionando un verdadero sabor de la cultura alsaciana.
11. Descubre la Iglesia Dominicana
Los entusiastas del arte y la arquitectura apreciarán la Iglesia Dominicana del siglo XIV. Sus frescos bien conservados y las vidrieras magistrales ofrecen un sereno escape de las calles bulliciosas de afuera. La arquitectura gótica de la iglesia es un testimonio de la rica historia religiosa del pueblo.
12. Visita el Museo Hansi
El trabajo de Jean-Jacques Waltz, más conocido como Hansi, se puede explorar en este encantador museo. Las ilustraciones y caricaturas de Hansi ofrecen una perspectiva única sobre la vida alsaciana a principios del siglo XX, mezclando el humor con el folclore local y la tradición.
13. Disfrute de los Mercados de Navidad
Durante los meses de invierno, la ciudad se transforma en un país festivo. Seis mercados de Navidad distintos surgen por todo el casco antiguo, ofreciendo artesanías tradicionales, golosinas estacionales y un ambiente mágico que cautiva a los visitantes de cerca y lejos.
14. Tome un viaje de día a las montañas Vosges
Los amantes de la naturaleza pueden aventurarse en las cercanas montañas Vosges para practicar senderismo, ciclismo o simplemente disfrutar del impresionante paisaje. Las montañas ofrecen un marcado contraste con los encantos urbanos de la ciudad y ofrecen actividades al aire libre para todas las estaciones.
15. Fotografía las calles coloridas
Cada rincón del casco antiguo presenta una perfecta oportunidad de fotos. Las vibrantes casas de medias maderas, balcones floreados y canales pintorescos crean un sinfín de impresionantes vistas. Amateur y fotógrafos profesionales por igual encontrarán inspiración en cada turno.
En este encantador pueblo alsaciano, la historia y la cultura se entrelazan para crear una experiencia inolvidable. Ya sea saborear vinos locales, explorar museos o simplemente pasear por las calles encantadoras, los visitantes son transportados a un mundo donde el tiempo parece desacelerarse y cada momento está lleno de maravilla. A medida que el sol se pone y las luces de la ciudad reflejan las aguas tranquilas de sus canales, uno no puede evitar sentir que han entrado en un cuento de hadas viviente – uno que se entromete en la memoria mucho después del viaje a casa.
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